martes, 18 de noviembre de 2008

Ejercicio literario #2 (18.11.2008)


Lean detenidamente el siguiente texto del escritor Julio Cortázar y comenten qué es el tiempo para el autor, entre otros aportes pertinentes.


Instrucciones para dar cuerda al reloj


Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj


Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Instrucciones para dar cuerda al reloj


Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.


23 comentarios:

Nathalie Monasterio dijo...

El tiempo según Julio Cortázar es el controlador de nuestra vida, dependemos netamente de él. Y por más que intentemos evadirlo, siempre, por medio de cada acción que hagamos, ejerce el dominio, logrando llevar una cronología de eventos a su favor, en donde nosotros somos los protagonistas .Y aún cuando queremos controlarlo, terminamos siendo dominados, adaptándonos a un insufrible ritmo que aunque es de nosotros , no abarcamos lo suficiente para controlarlo.

Stephanie Rosal dijo...

Mi percepción fue algo distinta a la de Nathalie.
El tiempo, para Julio Cortázar, es “un abanico que se va llenando de sí mismo”; es decir de todo tipo de vivencia del día a día y que se acumula a través del tiempo. El autor te hace una invitación a que lo dejes “latir en libertad” sin apegos a un pasado que “va corroyendo las venas del reloj”. Como bien señala el subtítulo son las “instrucciones para dar cuerda a un reloj”: son las instrucciones para que dejes fluir el tiempo. Tarde o temprano la muerte llegará, porque es lo que queda al fondo del tiempo. Si puedes “sujetar el reloj con una mano” y darle “con dos dedos a la llave de la cuerda”: “¿qué más quieres?”. Lo tienes todo para poder disfrutar el tiempo que te quede.

Stefanie dijo...

En la primera parte, Julio Cortázar, más que hablar del tiempo, habla de la conciencia que se tiene de él. De como la obsesión por mirar el reloj, el tiempo pasar, nos vuelve su esclavo.
La obsesión del tiempo, de "atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico". Al no tener conciencia de como corre el tiempo, creamos nuestro propio ritmo.
Al leer la segunda parte sentí una invitación sarcástica de usar un reloj ("¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante"), para así regir la vida a base del tiempo sin disfrutarlo y darle el placer de que "cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada" quede "corroyendo las venas del reloj". También así apresurarnos para llegar al fondo, dónde está la muerte, llegar antes y comprender que ya no importa, ya que no habrá vuelta atrás.

Anónimo dijo...

Julio Cortazar nos muestra lo que es la vida con un simblismo. La vida la simbolisa con un reloj. Pase lo que pase lo que siempre esta adando es el tiempo y no hay manera de pararlo. El hecho de llevar un reloj refleja esto y puede ademas agregar mas sentimientos, pues marca con numeros un momento que pasa, que pasara. El sentimiento bien sea de apuro, como es casi siempre, de angustia, de esperanza y hasta de nasias porque termine de pasar. No me gusta muchi la idea de Rosal sobre la muerte, pero es una realidad que tambien pesenta el reloj, pero no lo smbolisa, porque apesar de ser parte de uno pero no del cuerpo, cuando muere el due;o, el reloj eventualmente seguira andando.

Anónimo dijo...

Por otro lado como dije anteriormente el reloj sigue andando, lo que muestra que apesar e las muertes la vida sigue,...
Pd>no tengo como poner acentos

Tiffany Verde dijo...

Coincido con la opinión de Stefanie. En el preámbulo a las instrucciones nos identifican cómo el autor percibe el tiempo como algo que nos domina, algo que nos rige y esclaviza.“Te regalan un pequeño infierno florido”, “No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.” queriendo sugerir que el reloj importa mas que el ser humano. Nos regalan la dependencia al tiempo: ¿Estará correcta la hora? ¿Será que me da tiempo para…? Nos regalan consecuencias, como saber que llegamos tarde, o saber que no podremos hacer algo debido al tiempo. La segunda parte son instrucciones para evitar el dominio del tiempo, para aminorarlo, dejarlo “latir en libertad” para así ser libres nosotros.

Nathalie Monasterio dijo...

Regalar un reloj según Julio Cortázar no solo tiene esa intención, de ser un regalo perfecto, “de buena marca, suizo con áncora de rubíes” sino que él te obliga a ordenar cronológicamente tus actividades como “la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías”. Te comienza a controlar la vida, te deja una obsesión de medir algo que ni siquiera sabemos si vale la pena medir o no, pero que lo seguimos haciendo.
Y no solo te regalan el reloj, junto a él viene “el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa” .cuando te regalan un reloj “te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo”. Cuando te regalan un reloj crean un lazo no físico pero si psicológico con el tiempo, dejando que éste sea importante para tu vida.

Anton Wenemoser dijo...

El Autor, mediante este texto literario, nos quiere mostrar la manera en la que la sociedad de hoy en día depende de algo más que el tiempo, que es medir el tiempo.
Julio Cortázar da el ejemplo de cuando a un niño le regalan un reloj de cumpleaños y en consecuencia le dan, no solo la responsabilidad de cuidar aquel objeto valioso y delicado, sino también de medir el tiempo, convirtiéndolo así en un esclavo más del tiempo.
Esto lo deja claro el autor al decir “No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.”
Como dice Stefanie Dörflinger, cuando el hombre tiene la posibilidad de medir el tiempo, se convierte esto en una obsesión por mirar el reloj, convirtiendo al hombre en su esclavo. Esto se ve en el texto reflejado cuando dice “te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico.”

Juan Carlos Bafile dijo...

En el preámbulo para dar cuerda a un reloj, Julio Cortázar explica todas las responsabilidades que conlleva este regalo (el reloj). Esto se ve reflejado en “Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj” y “Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa”.
Encuentro en común la idea del tiempo que tiene control sobre la vida, aunque no precisamente como esclavitud, sino tomando en cuenta que el tiempo es parte fundamental de la vida. Y me parece que el reloj en este cuento parece algo, al principio, no muy apetitoso. Más bien en el preámbulo intentan alarmar sobre lo que este significa.
Pero al leer las instrucciones para dar cuerda al reloj, parece que a pesar de todo no es tan malo como parece, y hasta me sorprende con la frase “¿Qué más quiere, qué más quiere?”.
El reloj para mi representa la vida. Y el tiempo la parte inevitable de ésta, las responsabilidades y los miedos.

Anton Wenemoser dijo...

Es interesante también, fuera del tema principal de esta obra que es el tiempo, el tema del materialismo que también es tratado en esta obra de Julio Cortázar.
Esto lo podemos ver claramente en el fragmento que dice “Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes.”.En este ejemplo podemos ver el materialismo y como la sociedad compite por quien tiene la mejor marca.
Con esto el autor inspira al lector a pensar sobre el materialismo en la sociedad que se da después de la revolución industrial en el que el dinero comienza a ser más que una necesidad, y se convierte en una ambición, haciéndole creer a la gente que hay que tener mucho dinero para poder comprar las marcas más caras y así ser reconocido en la sociedad.
Esto se ve hoy en día especialmente en la sociedad de Latinoamérica, en donde la gente, especialmente de bajos recursos busca tener “el mejor celular”, como también en clases sociales más altas en las que buscan tener “las mejores marcas” de ropa.

Anónimo dijo...

Desde mi punto de vista Julio Cortázar le otorga al reloj no solo el simbolismo de un “pedazo frágil y precario de [uno] mismo” sino también el sentimiento de RESPOSABILIDAD. Queramos o no los límites morales que la sociedad inculca en uno desde muy joven, rigen dentro de un margen razonable nuestras acciones. El adquirir un bien te somete a su cuidado (“te regalan el miedo de perderlo”). ¿Si te regalasen un pollito en vez de un reloj, no lo dejarías morir de hambre, cierto? – Responsabilidad.

Juan Carlos Bafile dijo...

Me pareció interesante como empieza Julio Cortázar las instrucciones para dar cuerda al reloj:"Allá al fondo está la muerte". Justamente termina con la misma idea de la muerte "Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa." Este fue el momento en el cual yo verdaderamente senti que el autor se estaba refiriendo al tiempo en la vida. Fue el mas directo según mi opinión.

Natalia dijo...

"Te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico". En otras palabras, te regalan límites y un ritmo que no es el tuyo. Te están regalando la obligación de ajustarte a la sociedad. A simple vista es un reloj de marca, “suizo con áncora de rubíes”. Pero, ¿Qué hay más allá? Hay que darle cuerda, porque una vez que las manecillas comiencen a moverse, el tiempo es imparable. Comparto la opinión de Stephanie R., cuando cita “el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo” y lo explica como las vivencias que se acumulan en nuestras vidas. El tiempo es nuestro pasaje para vivir cada experiencia, y todo aquello que no logramos o dejamos de hacer se acumula y “va corroyendo las venas del reloj” como a nosotros mismos. Al final del camino está la muerte y tal y como dijo Stefanie, ya no hay vuelta atrás.

Tiffany Verde dijo...

Un pollito es diferente. Un pollito depende de ti, que lo alimentes, que lo cuides. Un reloj, en cambio no siente, no necesita alimento, no vive ni depende de ti. Mas bien Julio Cortázar plantea en el preámbulo precisamente el punto contrario, que uno es el dependiente del reloj, y aunque hay que darle cuerda, y si bien uno es responsable de cuidarlo y de llevarlo con la hora precisa, también depende de él, el reloj se hace mas importante que el mismo ser que lo lleva consigo, como ya mencioné previamente.

Anónimo dijo...

Me intriga el posible motivo que tuviese Julio Cortázar al escribir ambos textos teniendo en cuenta su relación en cuanto tema y al mismo tiempo discrepancia en cuanto a la visión. En el preámbulo se distiguen adjetivos negativos en cuanto a la descripción del reloj (“desesperado”, “frágil”, “precario”) mientras que en las intrucciones contraresta la mencionada negatividad mediantes a frases atrayentes, tal como: “¿Qué más quiere […] ? Átelo pronto a su muñeca” “no tenga miedo” “déjelo latir en libertad”.

Stephanie Rosal dijo...

No estoy de acuerdo con la idea que plantean alguno de mis compañeros que el reloj "te rige/ te esclaviza"; es la sociedad quien nos enseña a convertirnos en seres abstenidos a ciertas normas o patrones sociales: sea el materialismo (como dice Antón) o la Responsabilidad- que es un deber social (como comenta Andrea). En fin, es un lazo psicológico como concluye Nathalie y por eso quise unir esas tres ideas que estaban como dispersas. Más que te regalen o no un reloj y todo lo que ello representa, es una imposición inculcada desde que tenemos uso de razón. Por ello, sentimos que nos apresa cuando en realidad somos nosotros mismos los guardias de nuestra prisión.

Tiffany Verde dijo...

Muy bien dicho por Rosal: “Somos nosotros mismos los guardianes de nuestra prisión.” Es correcto, y visto desde la psicología se puede corroborar su teoría. Nosotros los seres humanos tendemos a trazar nuestros propios límites, construir nuestras propias barreras con la gran ayuda de lo establecido por la sociedad. A lo que me refería con el reloj que nos esclaviza y rige, es que el tiempo en nuestra sociedad es un importantísimo componente, esto se debe a los márgenes que ella (la sociedad) pone ante nosotros. Es de gran relevancia llegar temprano a una entrevista de trabajo, ya que la puntualidad es característica de una persona seria, entregada, etc. El tiempo es muy importante también en ciertas culturas, donde una cierta hora es preferida incluso para una boda, las ocho significando prosperidad y eternidad, por ejemplo. Nosotros somos los que decidimos aceptar o denegar las normas sociales, permitir que nos rijan o dominen. En fin, una idea no cancela la otra.

Stefanie dijo...

Como mencioné previamente, a mi parecer Julio Cortázar no habla directamente del tiempo, sino de la conciencia que se toma acerca del mismo. Es decir, si a uno le regalan un reloj, estará pendiente de ver la hora y llegar puntual a las citas, ya sean de trabajo, etc.
Uno se vuelve dependiente del tiempo, obligándose a sí mismo a obedecerlo y crear cierta rutina, dejando a un lado todo aquello que pueda llegar a ser espontáneo y quizás inclusive maravilloso e inesperado.
Creo que hay que saber aprovechar el tiempo, ya que después del nuestro, no nos quedará nada. No significa que haya que salir a disfrutar a cada instante, ni lo contrario, sino coseguir un balance entre lo que sería la responsabilidad de su manejo (del tiempo) y la vida que llevamos en él.

Don Sebastian Mendez Siem dijo...

Yo creo que la discusión sobre que si lo que impone las ataduras sobre la vida de uno es la sociedad o el tiempo es irrelevante, o al menos de poca importancia para determinar el significado de éste último para el autor, que en mi opinión no piensa que el tiempo controla a la persona ni lo contrario, sino que entre ambos existe una simbiosis parasitaria, ya que el hecho que el hombre se vuelve dependiente al ritmo que fija el reloj y el reloj de que el dueño le de cuerda para poder funcionar, lo que asegura la interdependencia mutua.

P.S: ¿Cuál es la fecha tope para comentar?

Jeshua Sørnes dijo...

La relación entre el reloj y la gente es precisamente el punto central del texto. Esta es a mi parecer más bien endosimbiótica. Nosotros estamos dentro del tiempo, no le causamos ningún daño y puede que nos beneficiemos o no, dependiendo de cómo lo tomemos.
El tiempo es según Cortázar como un “abanico que se va llenando de sí mismo” y del que brotan los sucesos y experiencias de nuestras vidas. Es algo que se debe manejar con suavidad y ligereza y, por sobre todo, sin miedo, ya que éste junto con “cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj” y por lo tanto las nuestras. Además se sugiere que el tiempo está lleno de posibilidades, esto evidenciado en la simple pregunta: “¿Qué más quiere, qué más quiere?”.Todo esto en un tono que varía del preámbulo a las instrucciones. Primero se evidencia un tono sarcástico y algo alarmado: “Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo”. No obstante, en las instrucciones éste se transforma en un tono tranquilo, resuelto y hasta optimista: “no tenga miedo”, mensaje, que bien podría ser la moraleja del texto, junto con: no te obsesiones con el tiempo.

Natalia dijo...

"Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj" e "Instrucciones para dar cuerda al reloj" pertenecen a la obra surrealista de Cortázar "Historias de Cronopios y de Famas" (A propósito, los Cronopios son seres que se encuentran al margen de los sucesos descritos por él, como los poetas y los asociales y los Famas son seres seres importantes y formales. Estuve leyendo algunos de los textos, muy buenos por cierto, y quise compartir uno corto para que vieran el parecido con el que leímos anteriormente.

«Instrucciones para llorar
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie. Nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos».
Julio Cortázar

Don Sebastian Mendez Siem dijo...

Estoy de acuerdo con lo que dice el honorable señor Jeshua, excepto en dos puntos. Primero en tono de la primera parte, que en mi opinión no es sarcastisco, sino más bien pesimista o hasta fatalista (http://en.wikipedia.org/wiki/Fatalism ver tercera definición), ya que el protagonista (si es que lo hay) resigna su destino a los designios del reloj; y como segundo punto la naturaleza del tiempo, que para Jeshua es algo en lo qeu estamos sumergidos, mientras yo creo en un universo más relativista-newtoniano donde el espacio y el universo están intrinsecamente unidos, pero eso no viene al caso. Si estoy de acuerdo con su moraleja, de no obsesionarse y dejar de preocuparse mucho por la vida, porque después de todo no saldremos vivo de ella, qeu se puede interpolar con el significado de la última frase del cuento: "Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa."

Profesora Luisa Acuña dijo...

A partir de este momento queda cerrada la recepción de comentarios. (martes 25.11.2008)